Últimamente me ha dado por unir diferentes especias y estoy encontrando sabores únicos, delicados, diferentes. Eso es importante a la hora de cocinar, y además satisfactorio si el resultado es bueno.
El paladar reacciona y nuestro cerebro nos manda mensajes que nos dan un grado de felicidad diferente y muy agradable.
Si os gustan las especias, os gustará este plato.
Ahhh ! no os olvidéis de poner pan que lo vais a necesitar.
Necesitamos; - 1 kilo de almejas
- 2 cebollas medianas
- 3 dientes de ajo
- una cucharadita pequeña de pimentón dulce
- medio vaso de vino blanco
- caldo de las almejas
- 1 cucharada sopera de harina
- 2 hojas de laurel
- nuez moscada, cúrcuma, jengibre, cilantro, pimienta negra y comino, una pequeña cantidad de cada al gusto, para que quede una cucharilla de postre.
Empezamos poniendo las almejas en remojo con un poco de sal
en el caso de que las compréis frescas, para que pierdan la arena si es
que la tienen. Después las colocamos en una cacerola y las ponemos al
fuego medio tapadas para que se abran, las reservamos. En otra cazuela
ponemos la cebollas cortada a trozos pequeños con aceite de oliva y un
poco de sal y sofreímos con el ajo también picado. Dejamos que se quede
transparente y añadimos el laurel, dejamos un par de minutos. Luego,
ponemos la harina removemos para que se cueza bien, vertemos el
pimentón dulce, removemos, seguidamente el vino blanco, dejamos unos
minutos que se evapore, añadimos el caldo de las almejas pasado por un colador fino, las especias,
removemos para que se integren bien y ponemos las almejas, si veis que
es necesario para que tengan mas salsa, añadimos un poco de agua.
Dejamos unos minutos para que espese un poco el caldo. NO removemos las
almejas con una cuchara, simplemente removemos la cazuela.
Origen de la receta ; casera
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