Cuando era niña, siempre que preparabamos caracoles en casa para comer generalmente los domingos, se solían hacer en gran cantidad.
Solíamos hacer caracoles a la menorquina , que eran los caracoles hervidos con hierbas aromáticas y demás ingredientes que acompañados con patatas hervidas juntamente con los caracoles, resulta un plato delicioso que al menos una vez en la temporada de caracoles preparamos.
El encargado de prepararlos para que mi madre los cocinara, era mi padre.
El día anterior, los había puesto en remojo con un poco de agua dentro de un recipiente de plástico lo suficientemente grande , para que los caracoles pudieran salir del agua y pegarse a él y a la tapadera .
De esta manera los caracoles se " despertaban " y empezaba la sesión de limpieza con varias aguas hasta que quedaban a punto para cocerse.
La idea de hacer en cantidad , era primero por el trabajo que llevan para limpiarlos y segundo y más importante, para que sobraran caracoles para otro día y hacerlos de la manera que os enseñaré hoy , al horno.
El resultado de esta receta, son unos caracoles deliciosos con su salsita resultante.
Era una receta que me a mi padre le encantaba y seguimos haciendo en casa, curiosamente y con mucha alegría, la acabo de encontrar en un recetario del siglo XIX, del cual ya he publicado varias recetas en el blog.
Solíamos hacer caracoles a la menorquina , que eran los caracoles hervidos con hierbas aromáticas y demás ingredientes que acompañados con patatas hervidas juntamente con los caracoles, resulta un plato delicioso que al menos una vez en la temporada de caracoles preparamos.
El encargado de prepararlos para que mi madre los cocinara, era mi padre.
El día anterior, los había puesto en remojo con un poco de agua dentro de un recipiente de plástico lo suficientemente grande , para que los caracoles pudieran salir del agua y pegarse a él y a la tapadera .
De esta manera los caracoles se " despertaban " y empezaba la sesión de limpieza con varias aguas hasta que quedaban a punto para cocerse.
La idea de hacer en cantidad , era primero por el trabajo que llevan para limpiarlos y segundo y más importante, para que sobraran caracoles para otro día y hacerlos de la manera que os enseñaré hoy , al horno.
El resultado de esta receta, son unos caracoles deliciosos con su salsita resultante.
Era una receta que me a mi padre le encantaba y seguimos haciendo en casa, curiosamente y con mucha alegría, la acabo de encontrar en un recetario del siglo XIX, del cual ya he publicado varias recetas en el blog.
Necesitamos ;
- caracoles
- ajos
- perejil
- sal
- pimentón dulce
- pimienta blanca
- aceite de oliva
- pan rallado
A partir de que los caracoles estén cocidos la receta es muy fácil .
Picamos ajo y perejil en abundancia . Para haceros una idea , por un kilo de caracoles 3 dientes de ajo grandes con un buen manojo de perejil .
Una vez picado fino se rehoga con aceite de oliva en una cazuela a fuego muy lento durante un minuto, teniendo cuidado que no se queme el ajo ya que le daría un gusto desagradable . Colamos los caracoles y los añadimos a la picada y rehogamos para que se impregnen los sabores . Añadimos un poco del agua de la cocción de los caracoles y espolvoreamos generosamente la parte superior con pan rallado mezclado con un poco de pimentón dulce y pimienta blanca .
Origen de la receta ; familiar , recetario siglo XIX de Agueda y Margarita .
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