martes, 5 de mayo de 2020

~ Coca de pan ~ coca de forner ~ coca amb oli i sucre ~ coca amb ditades ~

Recuperando receta olvidadas

Recuerdos de aromas, de sabores, de personas entrañables, eso es por suerte lo que en la mayoría de casos conservamos en nuestra memoria con mayor agrado.
En verdad he escrito muchas veces sobre este tema, pero es que es más que cierto. 
¿Cuantas veces por un simple aroma hemos retrocedido a nuestra niñez ?
A partir de un simple aroma, ha pasado por nuestra mente un lugar, unas personas, un escenario donde muchas veces habías visitado... tantos recuerdos y detalles...
La espiga de oro, situada en la calle Sa Rovellada de dalt en Mahón es el lugar en cuestión. 
Una panadería de las antiguas, donde a parte de vender pan, harina y cocer los perols que los menorquines años atrás llevaban a cocer al horno de buena mañana, para que al medio día tuvieran la comida lista, hacían cocas como esta que os presento. Una coca de pan, humilde, simple, también llamada coca con aceite y azúcar, porque lleva eso simplemente aceite y azúcar por encima. Aunque en la repostería menorquina tenemos otra coca con aceite y azúcar , diferente a esta.
Pues aparcado estaba en mi memoria ese lugar, son muchas las veces que pasé por allí y aún sabiendo que los propietarios estaban jubilados, pensé que tendría que pararme a hablar con ellos para escribir algo en el blog. Pero el tiempo no es un buen amigo y no lo hice...... ahora ya es tarde.
Pero en mi memoria tengo a la pareja que allí trabajaba, sus caras, la manera de vestir. Nito el panadero, era un hombre delgado con gafas y bigote, tenía el pelo canoso y se lo peina para atrás, ya por su edad tenía la espalda algo curvada y en verano se le podia ver con una camiseta de tirantes tipo "imperio". Aguedita su mujer era de mediana estatura , una mujer fuerte con brazos grandes, pienso que debía tener un problema de caderas ya que al caminar se contoneaba un poco...a veces llevaba en el pelo una diadema, se la veía trabajadora y decidida, y se encargaba de la venta del pan, harina y otras delicias que se cocinan en ese horno. Y doy por cierto que ella era la que hacía según que pastas también. Recuerdo las cestas de mimbre llenas de pan, las trencitas ...
Nito el panadero ya venía de saga de panaderos, su padre Bartolomé Moya, tenía panadería en la calle Prieto y Caules en Mahón. Un recorte de periódico de 1926, relata que utilizaba harinas de calidad superior, que hacía pan francés, madrileño, mahonés, de viena y llonguets, todo un avance por ese tiempo y además tenía la primera amasadora de cilindros parabólicos que hubo en Menorca.
Después compró el solar donde estuvo ubicada la panadería que yo conocía en la calle rovellada de dalt,  hasta que se jubiló su hijo Nito, que regentó dicha panadería durante años.
Después de tantos años pasados ... unos 40, publico esta receta sacada de un antiguo recetario que me ha hecho recordar todo lo escrito y he de decir que he sabido que era la misma receta de las cocas de este horno, no por el nombre de la receta, si no por un ingrediente en concreto, la masa de pan. Y es que cuando me llega un recetario, es indispensable leer toda la receta, no sólo el título para saber de qué se trata.
Desde aquí os vuelvo a agradecer que me dejéis vuestros recetarios, en este caso doy las gracias particularmente a Jaime González Villalonga.
Espero que disfrutéis esta coca, tanto como lo disfrute yo en su momento y lo estoy haciendo ahora mismo.

Necesitamos;
  • medio kilo de pan crudo {receta }
  • 100 gr de azúcar
  • 50 gr de manteca de cerdo
  • 1 huevo
  • aceite de oliva suave para poner encima de la coca antes de hornear
  • azúcar para poner por encima 
Como podéis ver he hecho sólo la mitad de la receta original ya que salen muchas si ponemos un kilo de pan crudo.
Ponemos el pan crudo en un bol que nos sea cómodo para amasar. Añadimos la manteca, el azúcar y el huevo y amasamos. Para mezclar bien los ingredientes tenemos que tener paciencia e ir haciendo hasta que esté todo integrado. Dejamos reposar tapado hasta que doble su volumen. Una vez pasado el tiempo de reposo, hacemos porciones de pasta y alisamos con un rodillo, han de quedar del grosor de un dedo aproximadamente. Las que he hecho yo para que os hagáis una idea, son de 15x8 cm. Dejamos reposar tapadas con un trapo limpio hasta que doblen su volumen. Una vez hayan reposado, les hacemos unos hoyos con el dedo índice, rociamos ligeramente con aceite, espolvoreamos con azúcar intentando que los hoyos queden llenos. Calentamos el horno a 180º y cocemos durante aproximadamente 15 minutos, aunque depende un poco de cada horno, de todas maneras cuando veáis que empieza a coger color ya están hechas.
Receta original





Origen de la receta; Recetario de la familia González Villalonga

2 comentarios:

  1. Me has echo volver atrás en el tiempo cuando iba al colegio y pasaba por delante la espiga de oro y me paraba un momento para oler las delicias que preparaban cada día. Un saludo

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    1. Me alegro que mis recetas sean motivo de buenos recuerdos. Una abrazo feliz año nuevo 2021 !!

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